México ha lanzado un ambicioso compromiso climático: reducir 140 millones de toneladas de CO₂ para el año 2030. Esta meta, anunciada recientemente por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), no solo marca un punto de inflexión en la política ambiental del país, sino que posiciona a las energías renovables, especialmente la solar, como una de las principales soluciones para lograrlo.
En este artículo exploramos el papel de la energía solar en esta estrategia nacional, los desafíos que enfrenta el país para alcanzar sus metas, y cómo el sector público y privado pueden acelerar la transición energética.
Un nuevo compromiso climático para México
El pasado 28 de mayo de 2025, México presentó la actualización de su Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), estableciendo como objetivo reducir en un 35% sus emisiones actuales, que ascienden a 758 millones de toneladas anuales de CO₂. Esto equivale a evitar la emisión de más de 140 millones de toneladas de gases de efecto invernadero para el año 2030.
Según explicó la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, la hoja de ruta nacional incluye cuatro ejes principales:
- La expansión de las energías renovables.
- Programas de reforestación y restauración de ecosistemas.
- Proyectos de economía circular.
- La descarbonización del sistema eléctrico.
Energía solar: la joya del potencial renovable mexicano
México cuenta con uno de los mayores índices de irradiación solar del mundo. Zonas como Sonora, Chihuahua, Durango y Baja California tienen condiciones óptimas para el desarrollo de energía solar fotovoltaica a gran escala. Además, cada vez más hogares y negocios en todo el país están instalando paneles solares para autoconsumo, motivados por los altos costos de la electricidad y una creciente conciencia ambiental.
¿Por qué la energía solar es clave para la descarbonización en México?
- Bajo impacto ambiental: No emite gases contaminantes durante su operación.
- Accesibilidad territorial: A diferencia de otras tecnologías, puede instalarse desde grandes plantas solares hasta techos de viviendas.
- Rápida implementación: Muchos proyectos fotovoltaicos pueden ponerse en marcha en cuestión de meses.
- Reducción de dependencia de combustibles fósiles: Ayuda a reemplazar fuentes contaminantes como el gas natural o el combustóleo.
En 2023, la capacidad solar instalada superó los 9 GW en todo el país, y se espera que esta cifra crezca a más de 15 GW para 2030 si se mantienen los incentivos adecuados.
El desafío de la coherencia: avances y contradicciones
A pesar de los anuncios positivos, organizaciones ambientales y expertos han señalado algunas inconsistencias entre el discurso climático del gobierno y ciertas decisiones energéticas recientes.
Por ejemplo:
- La construcción de nuevas plantas termoeléctricas basadas en gas y otros combustibles fósiles continúa.
- Hay incertidumbre jurídica para proyectos de energías renovables debido a cambios regulatorios y a la falta de claridad en los permisos.
- La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha priorizado en varios casos la generación con combustibles fósiles por encima de las fuentes limpias.
Esto genera desconfianza en el sector privado y puede desalentar la inversión en proyectos solares de gran escala.
Casos de colaboración que inspiran
Afortunadamente, también existen iniciativas exitosas que demuestran el compromiso de diversos actores con la innovación y la transición energética.
Un ejemplo destacado es el de Iberdrola México, que en mayo de 2025 anunció una inversión superior a 403 millones de euros en investigación y desarrollo para soluciones sostenibles. Durante el “Día de la Innovación”, celebrado en Monterrey, la empresa firmó un convenio con el Instituto de Innovación y Transferencia de Tecnología del estado de Nuevo León para desarrollar nuevos modelos de energía renovable, hidrógeno verde y tecnologías digitales aplicadas a la eficiencia energética.
Estas colaboraciones entre sector privado, gobierno e instituciones académicas pueden marcar la diferencia en el ritmo de implementación de soluciones como la energía solar.
¿Qué se necesita para acelerar la transición solar?
Para que la energía solar desempeñe su papel protagónico en la reducción de emisiones, es necesario:
- Estabilidad regulatoria y jurídica: Normativas claras y confiables que garanticen la seguridad para inversiones a largo plazo.
- Incentivos fiscales y financieros: Apoyos económicos para hogares, PYMEs y comunidades rurales interesadas en instalar sistemas solares.
- Educación y capacitación: Formación de técnicos, ingenieros y profesionales que puedan diseñar, instalar y mantener sistemas solares.
- Alianzas público-privadas: Fomentar proyectos conjuntos que combinen innovación, escala y beneficios sociales.
- Mejorar la infraestructura eléctrica: Modernizar la red de transmisión para integrar más energía solar sin saturar el sistema.
Conclusión: La energía solar como puente hacia un México más limpio
El compromiso de México con la reducción de emisiones es una señal alentadora para el futuro del país y del planeta. Pero ese compromiso solo será efectivo si va acompañado de acciones concretas, financiamiento adecuado y voluntad política sostenida.
La energía solar, por su bajo costo, escalabilidad y abundancia en el país, tiene el potencial de ser el motor principal de la transformación energética en México. Aprovechar esta oportunidad no solo permitirá cumplir con las metas climáticas, sino también generar empleos, mejorar la calidad del aire y reducir la factura eléctrica de millones de mexicanos.
El reto es grande, pero la energía del sol —y la voluntad colectiva— pueden iluminar el camino hacia un futuro más sostenible.